El sábado por la noche tuvo lugar el Pregón de la Feria y Fiestas de Nuestra Señora de las Mercedes en el Teatro El Silo en el que las palabras no fueron lo único que se vivió allí.
El sábado por la noche tuvo lugar el Pregón de la Feria y Fiestas de Nuestra Señora de las Mercedes en el Teatro El Silo en el que las palabras no fueron lo único que se vivió allí.
Joaquín Nevado y su saxofón fueron los encargados de abrir el Pregón con la canción Europa de Carlos Santana.
A continuación, el alcalde de Pozoblanco, Emiliano Pozuelo dio el discurso de bienvenida, haciendo mención especial a la decoradora del evento, Inma Moreno y a los técnicos del Teatro El Silo.
El alcalde centró su discurso en la música y en las palabras como espacio de encuentro para los pozoalbenses e hizo hincapié en que el Ayuntamiento es la casa de los pozoalbenses y no de los políticos, “que ahora están y luego no”.
Pozuelo también expresó que “nos equivocaremos, pero el reconocimiento del error será otra de nuestras fortalezas”.
El alcalde destacó que era la primera vez que los pregoneros de Feria eran marido y mujer, como homenaje a la familia, “que siempre está ahí aunque a veces parece que se derrumba”. “Porque la Feria son días para disfrutar con la familia”, finalizó Emiliano Pozuelo.
Seguidamente se celebró el acto de entrega de los Premios Literarios, del cartel de Feria y del diseño de la portada de la agenda joven. Por lo que subieron al escenario Rosario Rossi, Concejala de Cultura, Eduardo Lucena, Concejal de Turismo y Festejos y Pilar Cabrera, Concejala de Educación, junto a los ganadores.
Antes de comenzar el Pregón propiamente dicho por parte de Antonio Arroyo y Rosa María García, su hija Rosa fue la encargada de hacer la presentación oficial, en la que recordó sus años de niñez y sus vivencias en la feria cuando era pequeña.
Acto seguido, dio comienzo el Pregón con las palabras de agradecimiento de Antonio y Rosa María, que consideraban un honor y se mostraban muy contentos de la responsabilidad que le habían propuesto.
Rosa María recordó la primera obra que tuvo lugar en el Teatro El Silo, Bodas de Sangre de Federico García Lorca interpretada por el Grupo Jara. Pero este año, el Pregón de Feria no iba a ser sólo palabras, así que de improviso, Rosa María comenzó a interpretar una escena de la obra, recordando aquel día de estreno.
Antonio Arroyo prosiguió contando los síntomas que sufre un pregonero debido a los nervios y expresando que poco más se puede decir de una feria después de todo lo que se ha ido diciendo a lo largo de los años.
Precisamente, sus años fueron los protagonistas del pregón. Su vida: su infancia, adolescencia, madurez… Ellos han cambiado desde que nacieron y Pozoblanco también. Las imágenes volvieron a acompañar a las palabras con fotografías antiguas de nuestro pueblo durante los años 50 y 60, que mostraban cómo estaba el centro de la ciudad, el ayuntamiento, la plaza del “tío de las pelotas”, la calle Real…Un conjunto de recuerdos reflejados en imágenes.
Rosa María y Antonio hablaron de sus costumbres, de la ropa que pasaba de mayores a pequeños, de aprovechar todo, de la comida, de la honradez, de la moralidad.
Hablaron de una época en la que el sentido del ahorro y la austeridad se reflejaban en la feria. Una feria de la que recordaron sus casetas, el turrón, los puestos, los animales, el circo. Para ellos eran días de libertad, de horarios algo más flexibles, de música y del olor característico de la feria.
La anécdota de la noche llegó cuando un teléfono móvil sonó en mitad del discurso, interrumpiendo a Rosa María, momento en el que ella con mucho desparpajo dijo: “Cogedlo que me paro”. Antonio añadió: “o apagadlo”.
Los aplausos del público fueron la respuesta.
El Pregón continuaba con una sucesión de imágenes de la feria, del antiguo Pozoblanco, del alumbrado extraordinario…
Cuando llegaba el último día de feria, los pregoneros recordaban la tristeza que les embargaba la última noche, el drama que suponía para ellos los últimos fuegos artificiales. Y es que esto significaba que empezaba el curso escolar.
Las palabras volvieron a estar acompañadas. Esta vez por parte del Grupo Jara que interpretó en el escenario una escena de la obra “El Florido Pensil”, recordando la escuela de los años 50 y 60.
El Pregón fue terminando con los recuerdos del matrimonio, de los que destacaron su afición al teatro nacida en el colegio salesiano. Antonio y Rosa María contaron como se enamoraron para después casarse y tener cuatro hijos.
Hicieron una mención especial a los jóvenes que tienen que emigrar a otros países, ya que la mayoría de sus hijos están haciendo su vida fuera. “La historia se repite, pero ahora están más formados que antes”.
Ahora, Antonio y Rosa María son abuelos y viven contentos. Y las palabras volvieron a estar acompañadas, esta vez por música con la canción “Vivo contenta”, interpretada por María (madre de Aldo Narejos) y José Luis Ballesteros a la guitarra.
“Vivimos mientras alguien nos recuerde”, culminó el matrimonio, acompañado para poner punto y final al Pregón, con la Banda Municipal de Música que tocó “Paquito el chocolatero” y varios pasodobles. Porque, tal y como dijeron Antonio y Rosa María, “la feria está para disfrutar”.