Entre las hipótesis y la tradición aparece la verdadera historia de Pozoblanco. Sin demasiadas referencias en épocas remota y atendiendo a la tradición, se ha mantenido la idea de que Pozoblanco tuvo su origen en un asentamiento realizado por los pastores del pueblo vecino de Pedroche con motivo de una epidemia de peste. Esa vinculación tradicional ha llevado a localizar el nacimiento de Pozoblanco en torno a 1350, aunque las pruebas históricas para dicho dato son inexistentes, ya que hubo otras pestes en fechas cercanas. En el Ordenamiento de Dehesas facilitado por Enrique II del año 1375, Pozoblanco no figura entre los núcleos poblados. Sin embargo, no se puede tomar este dato como una prueba de su todavía no nacimiento, ya que durante mucho tiempo Pozoblanco fue una aldea de Pedroche.
Es en 1425 cuando aparece la primera mención escrita de Pozoblanco conocida hasta la fecha y lo hace en un documento conservado en el Archivo Municipal de Córdoba. Será en 1478 cuando logre la condición de villa y la idea que se tiene de aquel pequeño asentamiento es la de un pequeño núcleo de población en torno al Pozo Viejo. El primer censo conocido data de 1530 y por aquel entonces se recontaron 491 vecino, es decir, en torno a los 2000 habitantes. Durante la Edad Moderna, Pozoblanco fue una de las Siete Villas de los Pedroches, siendo villa de realengo, a excepción de los años comprendidos entre 1600 y 1747 en el que fue vendida por Felipe IV y pasó a formar parte del marquesado de El Carpio. Como villa de realengo dependió de Córdoba, que era la ciudad que le ponía las justicias y nombraba los oficios municipales. En estos años, Pozoblanco fue ganando importancia en relación con los núcleos de población de su entorno, algo que se hace evidente en su población, que se triplicó, pasando de los 491 vecinos que tenía en 1530 a los 1.431 que ya tenía en 1790. Pozoblanco se alzó con la capitalidad de las Siete Villas, pero también se convirtió en la capital de la zona norte del antiguo reino de Córdoba al trasladarse a él el 12 de agosto de 1771 el corregidor de Los Pedroches, antes en Torremilano.
La economía de Pozoblanco se basó durante estos siglos en la agricultura y en la ganadería, sectores que aglutinaban casi al 80 por ciento de la población activa. Los cereales eran el cultivo por excelencia, mientras que la cabaña ovino y el ganado cabrío y de cerda destacaron entre las especies ganaderas. Destacó también el sector textil tanto en el siglo XVI como en el XVII.
En el siglo XVIII Pozoblanco todavía poseía una industria textil capaz de diversificar la dependencia económica de la agricultura y ganadería. La fábrica de bayetas y paños ocupaba a gran parte del vecindario. Sin embargo, en el primer tercio del XIX, Pozoblanco se contagió del carácter catastrófico de esos años. Ciclos epidémicos, hambrunas, inestabilidad política, bandolerismo también sacudieron a Pozoblanco.
Durante la I República, Pozoblanco conoció una de las manifestaciones de revuelta social más crispadas, avivada por la situación que se vivía. Las reivindicaciones, tales como el reparto de La Jara, encontraron en la iniciativa sindical las acciones sociales más enérgicas. Un ejemplo de esa fuerza las encontramos en 1919 con la supresión del impopular impuesto de consumos gracias a una importante huelga mantenida. Siguiendo con el trascurso de la historia, Pozoblano se topó con la Guerra Civil de 1936. El 19 de julio las tropas de la Guardia Civil lograron ocupar el Ayuntamiento, requisar material y realizar patrullas intimidatorias por el núcleo urbano. Las fuerzas obreras intentaron reorganizar sus fuerzas en La Morra, aunque serán finalmente fuerzas militares republicanas las que recuperen la población. Ya en 1937, durante la llamada batalla de Pozoblanco (marzo-abril), el ejército republicano mostró una capacidad de resistencia inusual. Con todo, Pozoblanco ha de ser considerada como una de las poblaciones cordobesas más bombardeadas por aire.
En la actualidad, Pozoblanco ha visto extrapolado aquella relevancia como Villa y es cabeza de la comarca del Valle de Los Pedroches, siendo un pueblo en constante crecimiento.