Destaca por su fachada, labrada en granito, y en estilo manierista, de 1704.
Destaca por su fachada, labrada en granito, y en estilo manierista, de 1704. Se trata, sin duda del mejor exponente del barroco manierista de la ciudad. Su interior también sigue las pautas arquitectónicas barrocas, con una sola nave cubierta con bóveda de cañón.