Se celebra el domingo de Sexagésima, que suele caer casi siempre en el mes de febrero.
Dos son las fiestas de la Virgen de Luna en Pozoblanco : el día de la venida de la ermita y el de su vuelta.
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Se celebra el domingo de Sexagésima, que suele caer casi siempre en el mes de febrero. Dos son las fiestas de la Virgen de Luna en Pozoblanco : el día de la venida de la ermita y el de su vuelta.
Según la tradición, en época de la dominación musulmana la Virgen se apareció en el hueco de una encina de la dehesa de Navarredonda a un pastorcillo, manifestándole que se le construya una ermita en el paraje. Asimismo, se fundará una cofradía de fervorosos cristianos para que vayan al santuario en romería y la trasladen en procesión hasta la villa.
Al parecer la cofradía se funda en el siglo XV, aunque no se tienen noticias de ella hasta la modernidad, y no se redactan sus estatutos hasta el siglo XIX, en que fueron aprobados en 1877 por el Obispo de Córdoba. Establecen que nadie pueda ser recibido como hermano sin haber cumplido con el precepto pascual. Los hermanos tienen el privilegio de permanecer cubiertos ante la imagen. Muy severo es su uniforme actual : riguroso traje negro y cordones rojos de seda, que caen por la espalda en lazo rematado por dos borlones. Portan espadín, escopeta y cuerno para la pólvora.
Durante los días que preceden a la romería, el tambor anunciador de la misma recorre las calles de Pozoblanco, acompañado por la chiquillería; a la puerta de las casas donde habitan hermanos interpreta un tradicional baile. La víspera, sale para el santuario el "carro de la banda" al mando el sargento acompañado del tambor y un ordenanza, despierta a los hermanos a la voz de "Ave María Purísima". Temprano, se reúnen todos en casa del capitán, donde se les pasa lista y se nombran los servicios de los cofrades.
Después marchan a casa del alférez para recoger la bandera y, formados, se dirigen a la parroquia, donde piden permiso a la autoridad eclesiástica para emprender el camino hacia el santuario. En la ermita de la Jara tiene lugar una misa, seguida de jura de bandera de nuevos cofrades y ofrenda a la Virgen. En 1990, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la refundación de la hermandad, el Ayuntamiento otorgó a la Virgen de Luna la medalla de oro de Pozoblanco. La cofradía celebra una comida en la casa-hospedaria, mientras que el pueblo almuerza en los alrededores del santuario. Por la tarde, la Virgen, a hombros de los devotos, es trasladada hasta Pozoblanco. Al llegar la comitiva al Arroyo Hondo la reciben las autoridades y les entregan las llaves de la ciudad. Se entona la Salve y los niños ofrecen los típicos hornazos, al tiempo que los hermanos realizan una descarga con sus escopetas y se revolotea la bandera.
Después, en la puerta del Ayuntamiento, se le entrega el bastón de alcaldesa, y se repite la descarga de pólvora. Al día siguiente, fiesta local, se saca a la Virgen en procesión, y al término de la misma el hermano que hace el convite de la fiesta invita al resto de cofrades a garbanzos tostados y vino.
Las salvas que se le hacen a la Virgen son de dos tipos: las englobadas, que se realizan cuando el alférez revolotea la bandera, y las cruzadas, que se efectúan al paso de los cofrades ante la imagen, durante la procesión y al mediar ésta. La romería de vuelta, mucho más sencilla y austera, tiene lugar cuatro meses más tarde, habitualmente en junio.
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